La semana pasada tuve la oportunidad de visitar un asilo de ancianas. Afortunadamente para ellas, no es un asilo de aquellos con olor a flores añejas y orina en los baños, sino uno con un patio lleno de plantas, una fuente de agua y enfermeras rondando por cada lugar.
Aun así pude sentir un desconsuelo profundo dentro de mí. No puedo decir que haya sido desde aquellas mismas mujeres, pues el día de visitas debe ser el más entretenido y menos rutinario para ellas y por tanto no habrá espacio para lamentaciones ni penas. El miedo es mio. Esas mujeres, sin nada que hacer, sin siquiera compañeros (porque es un hogar de mujeres) con quienes entretenerse o incluso tener algún amorío...
Imagino lo triste que sería llegar a una edad en la que necesitas atención de otros, y no tener alguien que te acompañe, alguien con quién compartir los largos días de jubilación, disfrutar lo que no se ha podido durante toda tu vida, que es el no tener mayores responsabilidades que solo tú mismo, sin hijos que cuidar, sin trabajos que cuidar...
En fin, no sabemos si vamos a llegar a esa edad, si vamos a estar acompañados o no. Incluso, y ya lo dije antes, el matrimonio no nos asegura esas posibilidades, por lo tanto no queda nada más que esperar a llegar a ella y por mientras hacer un pacto de compañia con algún amigo para unirse si llegan ambos solteros a la vejez XD
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