El príncipe azul

Obligada a ver el Canal 13, que es el único canal que se ve en el living de mi mamá, vi por enésima vez "Jamás besada" y ahora empiezo a ver "Encantada". Y si bien me gustan las comedias románticas y peliculillas de amor, últimamente me deprimen. Y claro, soy una más de aquellas que odian a Disney por convencernos de que el amor es como los cuentos de hadas, los cuales siempre terminan con un final feliz, sellado por aquel beso de amor eterno. La vida real no es así, y aunque algunos pueden asemejarse a aquel príncipe azul, ninguno llega a serlo completamente. Bueno, en realidad no sé si quisiera uno de aquellos vestidos con pantaloncillos cortos y con espada, pero sí podrían andar a caballo.

Hay algunos hombres que resultan ser bastante románticos e ingeniosos para demostrar sus sentimientos hacia nosotras, como ese que salió en las noticias hace dos días por haberle pedido matrimonio a su polola en el mall de Viña, frente a todos y en complicidad con familiares y amigos.  En algún momento alguien me escribió canciones, me regalaron chocolates, libros, peluches. Incluso el poco romántico de mi pololo, en algún momento de nuestra relación (claro, al principio, cuando cada uno trata de engrupir al otro) me regaló un globo de helio -los amo- en forma de corazón y de vez en cuando me hace algún collage, video o me manda alguna canción. Pero siempre quedo insatisfecha, siempre quiero más vainilla (en términos de Christian Grey), corazones, amor y besos con la patita levantada. Y no... no pasa nada, eso no existe. Y menos en él, que encuentra desubicado besarse en público! Así que siempre esta ahí mi disyuntiva: ¿soy demasiado exigente y soñadora o es que sólo vivo en el mundo real, en el cual a los hombres difícilmente se les ocurre algo si uno no se lo dice?