sábado, diciembre 18, 2010

Sobre nuestro carro

Ramón
siempre hace alusión a que nosotros llevamos un carro en la vida
, en la que subimos a las personas que queremos que nos acompañen, y dejamos abajo a muchos otros. Sé muy bien de qué habla, porque me ha tocado vivir esa experiencia de subir a personas a mi carro, compartir con ellas un tramo del viaje y luego verlas de pie sobre el camino, subiéndose a otros carros, mientras yo avanzo en el mio.

Los motivos
han sido diferentes, unas personas se han bajado debido a las circunstancias, sin sobresaltos ni enojos y de mutuo acuerdo. A otras les pedimos que se bajen, porque ya no nos acomoda su presencia en nuestro carro, no fueron del tipo de personas con las que queríamos compartir el trayecto. Pero lo más triste
es cuando los que subimos con gusto, deciden bajarse. Esas son las penas más grandes que podemos sentir, porque nos vemos despreciados y desvalorizados
por aquellos a los que valoramos profundamente y queremos como acompañantes en este complejo camino. Y aquí no hay términos medios: si no están sobre nuestro carro, no pueden ir atrás colgando, siendo algo que no son o algo que no queremos que sean. Podemos mirar atrás y verlas desaparecer por la distancia, pero en algún momento tenemos que volver a mirar hacia el camino, porque si no, corremos el riesgo de perdernos, desviarnos de nuestro destino o no ver a otros que se merecen y desean estar en el carro que nos lleva.

Pero nuestro mundo onírico, se da el lujo de mirar hacia atrás...

No hay comentarios.: