Y volvió con el zorro:
- Adiós – dijo...
- Adiós – dijo el zorro. – Aquí está mi secreto. Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
- Lo esencial es invisible a los ojos – repitió el principito a fin de recordarlo.
- Es el tiempo que has perdido en tu rosa lo que hace a tu rosa tan importante.
- Es el tiempo que he perdido en mi rosa... – dijo el principito a fin de recordarlo.
- Los hombres han olvidado esta verdad – dijo el zorro. – Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...
- Soy responsable de mi rosa... - repitió el principito a fin de recordarlo.
¿Soy realmente responsable de aquella rosa que regué, cuidé, entendí y admiré, y que luego no dudó en clavarme sus espinas? Creo que no, aunque no puedo negar que me hiere verla marchitar, sin otro jardinero.
Hoy, mi flor se deja domesticar, se amansa y deja que la abrigue, le hable y acaricie. Y ella, me roza con sus pétalos y sabiduría.
1 comentario:
Las rosas son realmente hermoso ... Los pobres son espinhos.Bela mensaje.
Abraços ...
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