Lovelove

Ahí estaba, en mis brazos, luego de una tarde-noche increíble. Comenzamos con el cine y los amigos. Camino a casa se me ocurrió que podríamos pasar por el casino por ser el lamentable último día de su viaje. Nos encontró la noche de karaoke y en la mesa, dos que cantan con el alma. Así, luego de un par de horas, cervezas y canciones nos levantamos de la mesa y dirigimos a las máquinas para canjear aquellos voucher que nos había regalado por las notas entonadas. En breves segundos, habíamos transformado esos 3200 en 11000 y decidimos bilateralmente retirarnos dignamente con ese dinero en los bolsillos. Los amigos apañadores nos dejaron en casa y marcharon.

Allí, entre mis brazos, la última noche que compartíamos aquella cama, de su boca silenciosa brotó la única oración que aquella noche tuvo sentido e importancia.

El tiempo se hace poco para tenerte cerca como quisiera.