Te borraré con una esponja de vinagre,
con un poco de asco.
Carilda Oliver
Te mando ahora a que lo olvides todo:
aquel seno de nata y de ternura,
aquel seno empinándose de un modo
que te pudo servir de tierra dura;
aquel muslo obediente pero fiero,
que venía de sierpes milenarias;
aquel muslo de carne y de me muero
convocado en las tardes solitarias;
aquel gesto de echarme en la locura;
aquel viaje al amor, de mi cintura;
aquel gusto en la piel a lirio extraño,
aquel nombre pequeño bajo el nombre,
aquel pecado de volverte un hombre
en el vicio feliz de hacerme daño.
Carilda Oliver,
Premio Nacional de Literatura de Cuba
No hay comentarios.:
Publicar un comentario