domingo, octubre 25, 2009

CoInCiDeNcIaS




Cuando Tomás regresó de Zurich a Praga, le invadió una sensación de malestar al pensar que su encuentro con Teresa había sido producido por seis casualidades improbables.

Pero ¿un acontecimiento no es tanto más significactivo y privilegiado cuantas más casualidades sean necesarias para producirlo?

Sólo la casualidad puede parecer antes nosotros como un mensaje. Lo que ocurre necesariamente, lo esperado, lo que se repite todos los días, es mudo. Sólo la casualidad nos habla. Tratamos de leer en ella como leen las gitanas las figuras formadas por el poso del café en el fondo de la taza (...).

No es la necesidad, sino la casualidad, la que está llena de encantos. Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento, como los pájaros hacia los hombros de San Francisco de Asís.

(...)Nuestra vida cotidiana es bombardeada por casualidades, más exactamente por encuentros casuales de personas y acontecimientos a los que se llama coincidencias. Co-incidencia significa que dos acontecimientos inesperados ocurren al mismo tiempo, que se encuentran: Tomás aparece en el restaurante y al mismo tiempo suena la música de Beethoven. La gente no se percata de la inmensa mayoría de estas coincidencias (...)

(...)Sin saberlo, el hombre compone su vida de acuerdo con las leyes de la belleza aún en los momentos de más profunda desesperación. Por eso no es posible echarle en cara a la novela (Ana Karenina) que esté fascinada por los secretos encuentros de las casualidades (como el encuentro de Vronsky, Ana, el andén y la muerte...), pero es posible echarle en cara al hombre el estar ciego en su vida cotidiana con respecto a tales casualidades y dejar así que su vida pierda dimensión de la belleza.
Milán Kundera, La insoportable levedad del ser

Desperté a las coincidencias en un momento ya olvidado. Muchas veces las he observado rondar a las personas que he conocido. Sin embargo, así como las coincidencias hacen que conozcas a personas significantes en la vida, ellas mismas hacen que esas personas se alejen así como llegaron, rápida y coincidentemente. Entonces, ¿tenemos que seguir estas coincidencias a pesar de saber que luego nos pueden jugar en contra? ¿perderíamos la dimensión de la belleza entonces si porfiamos en no querer y seguir a las coincidencias?

Recuerdo cuando alguien me llamó haciéndose pasar por él para conversar conmigo e invitarme a salir. Una semana después me cortaron el teléfono. Quizás no nos hubiéramos conocido si no me hubiera llamado en ese momento preciso. Quizás mi vida hubiera tenido otro rumbo si no hubiera marcado su huella en mí. Yo no hubiera sido la yo-actual.

Es coincidencia haber escuchado su nombre diez años atrás, como recomendación de hombre para mi. Es coincidencia haberlo conocido en un momento y un lugar en el que nunca pensé conocerlo, con nuestras experiencias tan iguales. Es coincidencia que lo hubiera visto después de un año y coincidentemente las cosas no hubieran resultado como quería. Y es coincidencia también que como nunca, hubiera tenido que viajar a donde estaba, pudiendolo conocerlo como deseaba, siendo una inoportuna en su vida, como él de la mía, sin hacer (casi)nada para evitarlo. Pero no fue coincidencia cuando decidí volver con pretextos baratos, así como no fue coincidencia que Teresa haya decidido aparecer un día frente a la puerta de Tomás con una maleta y su vida ofrendada.

Y lo que está pasando ahora, ¿es coincidencia? ¿o es producto de las manipulaciones humanas no coincidentes que bloquean o potencian en flujo de los acontecimientos? ¿y si fuera así, eso mismo no será producto de una cruel coincidencia? Maybe.


1 comentario:

Mariela dijo...

Cruel y a la vez bendita coincidencia, como todo constructo polar tiene una extención positiva y otra negativa... creo que hay que estar atento para percibir en cualquier sentido su expresión. Abracitos verenais =)